Junto a la conformación legal de las organizaciones destacó la capacitación dada a los dirigentes, entregándoles competencias apropiadas para mejorar la gestión de los recursos hídricos.
Más de cuarenta dirigentes de las Juntas de Vigilancia de los ríos Cato, Perquilauquén, Putagán y Achibueno, pertenecientes a las regiones del Maule y Biobío, se dieron cita en el museo de arte de la ciudad de Linares, para participar del acto de cierre del “Estudio Diagnóstico para el Fortalecimiento de las Juntas de Vigilancia Zona Sur”, realizado por la Comisión Nacional de Riego (CNR).
La actividad contó con la presencia del coordinador de la Macro Región Sur de la Comisión Nacional de Riego, Paulo De la Fuente, quién se refirió a la importancia del estudio financiado por la CNR, “en un contexto de escasez hídrica, como Gobierno nos interesa que los regantes tengas las herramientas necesarias para gestionar de manera eficiente los recursos hídricos de sus respectivas cuencas y este estudio aparte de apoyar la constitución legal de las Juntas de Vigilancia, se preocupó de capacitar a los dirigentes para entregarle las competencias necesarias para una eficiente gestión”, señaló De la Fuente, quien además agregó que “la capacitación es una forma de dar sostenibilidad en el tiempo al proceso de fortalecimiento, queremos empoderar a los dirigentes y enseñarles a generar redes, porque esto es clave para el desarrollo de este tipo de organizaciones”, precisó.
En la ocasión estuvo presente también el coordinador de la Unidad de Desarrollo de la CNR, Iván Pizarro, quien se refirió a los resultados, “el gran aporte de este estudio, tiene que ver con la entrega de competencias específicas a los dirigentes, como por ejemplo; el manejo de conflictos, el conocimiento de la institucionalidad pública que está en torno a la legislación, para poder gestionar recursos y así solucionar la necesidad de infraestructura de cada organización y contar con un reglamento operativo que permita normar la forma en que ellos funcionan”, puntualizó Pizarro.
Los directivos de las Juntas de Vigilancia, coincidieron en la importancia de este tipo de programas, que apoya a las organizaciones de una manera integral y enfatizaron en la importancia de no quedar sólo con el impulso inicial, “ya comenzamos a dar los primero pasos, pero aún necesitamos que no nos dejen sólos, porque podríamos caernos, por lo tanto queremos que las autoridades sepan que este tipo de apoyo para nosotros es de gran ayuda en el proceso de convertirnos en una organización madura y eficiente”, señaló Pablo Jiménez, directivo de la Junta de Vigilancia del Río Perquilauquén y sus afluentes.
Este estudio es la continuidad de un proceso anterior que inició la CNR el año 2013 con las cuatro organizaciones y que tenía como objetivo la constitución legal de éstas. El actual estudio consiguió poner en marcha la operación real de las organizaciones. Para esto se inició un diagnóstico del patrimonio, de las competencias de los dirigentes, de la infraestructura, para de esta manera identificar los puntos principales a abordar. Con estos antecedentes se diseñó un plan de trabajo donde la capacitación fue lo principal, dado lo corto del proceso (10 meses), por lo que se priorizó como objetivo principal, dejar competencias instaladas en los dirigentes para que estas organizaciones iniciaran su proceso de operación real.
Finalmente De la Fuente, señaló su satisfacción con los resultados del estudio ya que “hace 10 meses habían cuatro juntas de vigilancia que existían sólo en el papel, en cuanto a su constitución legal, pero sus dirigentes no tenían claridad respecto a los roles que podían cumplir en la administración del Río, ni cuáles podían ser sus formas de operar. Después de esta intervención de la CNR, tenemos a cuatro Juntas de Vigilancia con directorios electos y con equipos de trabajo dispuestos a iniciar sus labores”,
concluyó el coordinador de la Macro Región Sur de la CNR.
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