Agricultores de Ñuble conocieron distintos métodos de manejo de malezas sin uso de herbicidas a través de capacitación dictada por especialista en malherbología de INIA Quilamapu.
La tendencia de la agricultura en el mundo es la producción orgánica de alimentos. Gran cantidad de productores tradicionales están pasando de la utilización de químicos dañinos para el medio ambiente a procesos y mecanismos naturales, biodegradables y de bajo impacto para los ecosistemas.
Sin embargo, asumir un desafío como este implica esfuerzos que no siempre son considerados al momento de tomar la decisión de ser orgánicos.
Compromiso INIA
INIA Quilamapu, a través del proyecto “Nodo de Frambuesa Orgánica del Biobío”, financiado por Corfo, se hizo cargo de definir los puntos más difíciles de solucionar para los agricultores orgánicos y ha realizado un trabajo de capacitación en distintas áreas de interés como son el manejo agronómico del frambueso orgánico y labores de gestión empresarial y comercialización de la fruta.
Sin embargo, existe un tema complejo del que era necesario hacerse cargo: el manejo de malezas en las plantaciones de frambuesa orgánica, pues esto implica un trabajo arduo de parte de los agricultores orgánicos, ya que no pueden utilizar los herbicidas que usan quienes realizan producciones convencionales.
Al respecto, Julieta Parada, coordinadora del NODO, explicó que el objetivo de esta actividad: “Es entregar conocimientos técnicos a los agricultores sobre la identificación de malezas idealmente desde el estado de plántula e igualmente, de acuerdo a la forma de reproducción y hábitos de crecimiento con el fin de realizar un manejo oportuno y eficaz, mediante distintos métodos de control, principalmente de manera cultural y mecánica, por tratarse de producción orgánica”.
Además, agregó algunos compromisos del INIA al respecto: “Considerando la relevancia del control de malezas y las dificultades que presenta para la producción orgánica, también INIA en el área de investigación y desarrollo, contempla la validación de productos nuevos que podrían contribuir a realizar un manejo integrado, como una forma de responder a la demanda e inquietud que manifiestan los agricultores”.
Entonces ¿Cómo controlar las malezas?
El agrónomo y especialista en malherbología, Lorenzo León, investigador de INIA Quilamapu, fue invitado por el Nodo a conversar con los 20 productores de frambuesa orgánica para identificar las malezas que existen en sus plantaciones y plantear soluciones en conjunto a los problemas que estas traen consigo.
Para ello, se reunieron en el predio de la señora Doris Calderón, en la comuna de Coihueco, compartieron sus inquietudes, analizaron la presencia de malezas en la plantación de Calderón y escucharon las sugerencias del especialista.
León, en conjunto con los agricultores identificaron las malezas de más alta presencia en sus predios y coincidieron en que correhuela, chépica y pata de laucha son las más presentes y problemáticas, por ser estas del tipo perennes con hábito de crecimiento rastrero, lo que quiere decir que se reproducen principalmente por sus raíces, más que por sus semillas.
Entonces, León explicó que el momento más importante para el control de malezas es el establecimiento en el predio, ya que es una oportunidad en la que se pueden ir eliminando puntualmente y desde un comienzo las malezas con sus raíces. Sin embargo, la situación es más compleja cuando el predio ya tiene años de funcionamiento y las malezas ya han colonizado algunos espacios.
En ese caso, el investigador explica: “lo más probables es que en este tipo de predio las cosas se han hecho históricamente de una sola forma: manejo mecánico, generalmente la utilización de rana en la entre-hilera y con un mulch o pica en la sobre-hilera, pero el problema está en que empiezan a predominar ciertas especies porque se aplica la misma medida siempre”.
Así, León compartió diversos métodos que, en conjunto, ayudan al manejo integrado de malezas, entendiendo siempre que en producciones orgánicas difícilmente significará la eliminación total. Estos son:
- Eliminar malezas desde la raíz, previo al establecimiento del huerto.
- Rotar los mecanismos de control en la zona entre-hilera, es decir, si una vez se cortan las malezas con una orilladora, la próxima vez, será necesario remover la tierra exponiendo las raíces al sol (septiembre, octubre).
- Sembrar otras especies en la entre-hilera, que sean competitivas para las malezas como por ejemplo, trébol, trigo, alfafa, centeno, entre otras.
- Sombrear las hileras completamente, es decir, si se utiliza mulch vegetal, procurar que este tenga por lo menos un grosor 20 cm. Sin dejar espacios vacíos. Lo mismo en hileras que han sido cubiertas con plástico; en las zonas que quedan expuestas, generalmente, alrededor del tallo de la planta, estos espacios puedan ser cubiertos con aserrín o corteza.
Finalmente, en la actividad, los agricultores compartieron sus experiencias respecto al uso de algunos herbicidas orgánicos y técnicas que han aplicado en sus predios como el aumento o disminución de espacio entre hileras, uso de distintas herramientas para el control mecánico, entre otros
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