Un grave impacto negativo ambiental, social y económico a la comuna, la Región y el país provocaría la planta de procesamiento de fecas humanas, perjudicando no solo a los vecinos, sino a la fruticultura de la zona centro sur de Chile y a la configuración de esta zona como plataforma logística en una ubicación estratégica. Así lo manifestó el alcalde de Cabrero, Mario Gierke, quien, acompañado por profesionales del Municipio, entregó hoy miércoles una nueva respuesta oficial de oposición al proyecto. Junto con depositar el documento en la Oficina de Partes del Servicio Regional Ambiental (SEA), expresó sus puntos de vista personalmente al director regional de ese organismo, Cristian Cifuentes. Enfatizó que “no queremos que Cabrero sea el patio trasero, la letrina de la Región”.
Se trata de una respuesta suscrita por el alcalde a una nueva adenda del proyecto que tramita en el SEA la empresa Biodiversa, filial de Essbío, para extender el procesamiento de ocho comunas a un número indeterminado, con un sustantivo incremento del tránsito y presencia de lodos. Incluso, alude que el proyecto no cierra la posibilidad a depositar lodos tratados dentro de la comuna. El Municipio considera que habrá daños ambientales para la población y una amenaza a la fruticultura de la macro zona centro sur del país, que está inspeccionando sus embarques al exterior en el centro fitosanitario inaugurado el año pasado en Cabrero, a solo seis kilómetros y medio de ese procesamiento de residuos sólidos de las plantas de aguas servidas. Recuerda que el centro certificador de exportaciones se gestionó en el Gobierno Regional varios años antes de que se instalara la primera planta de fecas, que ahora se quiere ampliar.
En la adenda, el alcalde Gierke representa su preocupación por el tránsito de lodos por caminos y autopistas de la comuna, por inconsistencia en números referidos a la entrada y salida de carga de la planta ubicada en Membrillar y por la pronta desaparición del bosque que rodea las instalaciones, lo que eliminará una barrera a la extensión de vectores y malos olores. Sin embargo, concluye manifestando su total oposición, porque al daño ambiental se suma la seria amenaza a las exportaciones de frutas y hortalizas, ante el eventual hallazgo de una mosca o más, dentro de algún cargamento. Una reacción de Estados Unidos ante la contaminación detectada derivará en perjuicios económicos y sociales a empresas del rubro frutícola, al transporte y a los trabajadores. Por tanto, concluye, no es aceptable esta ampliación, cuyo impacto va mucho más allá del sector Membrillar y de la comuna de Cabrero.
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