De eso se trata el brazo político de la guerra contra el pueblo mapuche, la llamada Área de Desarrollo Indígena (ADI), compuesta por supuestos dirigentes coaptados por dinero para formarla y comunidades creadas por la Conadi. En ella sólo se transa dinero a cambio de abandonar las reivindicaciones territoriales.
Ante el fuerte rechazo a esta política antimapuche, Piñera decidió hacer una “visita” a Wallmapu, al estilo estadounidense, cuando presidentes visitan sus tropas en los países que invaden. Para ello militarizó toda la zona de Ercilla y Collipulli, allanando Temucuicui y dando “ánimo” a los militares de Carabineros apostados en Pidima.
Las espontáneas manifestaciones de las comunidades fueron violentamente reprimidas, tanto en Pidima donde mapuche instalaron lienzos en la carretera, como en pleno centro de Ercilla, donde dificultósamente logró entrar el presidente chileno y emitir un breve y amenazante discurso.
Como una muestra de fuerza, se ordenó el allanamiento al Lof Temucuicui, con militares a pie y helicópteros que disparaban desde el aire a las viviendas de las familias de la zona. Dos niños de 7 y 10 años resultaron heridos con perdigones y golpeados con las culatas de las armas, además de una decena de adultos lesionados de la misma forma.
De los 15 mapuche inicialmente detenidos, unos 10 quedaron presos y serían formalizados este miércoles, entre ellos, Luis Toris Quiñinao, Vania Queipul Huaiquil, José Queipul Huaiquil, Aníbal Queipul, todos dirigentes y comuneros de Temucuicui y menores de la comunidad Huañaco Millao.
Mientras la huelga de hambre de los prisioneros mapuche llega los 52 días en Concepción y a los 17 en Temuco, Piñera dijo en la zona que la huelga de hambre “no es la forma” de pedir justicia y tratando de delincuentes a los mapuche movilizados en las comunidades.
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