El presidente chileno Sebastián Piñera llega a la zona de Ercilla y Collipulli, para dar una violenta señal de la estrategia política del Estado para frenar la lucha por el territorio. Arremetida que se materializa en la “Área de Desarrollo Indígena”.
La inédita visita de un presidente chileno en una zona de lucha constante por la recuperación del Wallmapu, se explica por el esmero del gobierno en apagar las movilizaciones de las comunidades, por la fuerza de las armas y de la coaptación de algunos supuestos dirigentes mapuche.
Recordemos que por un lado, se aumentó la represión militar por medio de un refuerzo en efectivos policiales, la creación de nuevos equipos especializados de las policías e inteligencia; y una coordinación -recursos de por medio- con los latifundistas que ocupan el territorio.
Por el otro lado, tenemos ahora la creación de la Área de Desarrollo Indígena (ADI) en Malleco y Arauco, que no es más que la inyección de abultados recursos para proyectos empresariales para los mapuche que acepten dejar de reivindicar las tierras de sus ancestros.
Primero llegaron ministros como el de Salud (Jaime Mañalich) y el de Desarrollo Social (Joaquín Lavín), quienes dieron también sus señales políticas y ahora llega el jefe del Estado chileno para sellar este brazo de la lucha contra el pueblo mapuche, con la simbólica inauguración de una “sede” de la ADI.
Todo ello, mientras hace días que Carabineros redobló sus rondas con fusiles al aire por los caminos vecinales, helicópteros volando a baja altura sobre las casas de las comunidades y férreos controles en los caminos de ingreso desde la ruta 5 sur.
Represión
Piñera además espera llegar a Pidima para reunirse con las policías y también se reuniría con latifundistas -entre ellos miembros del comando Hernán Trizano- para darles su respaldo en su ocupación del territorio mapuche.
Antes se reunirá en Temuco con las comunidades que han engañado con los dineros para proyectos.
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